La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha actualizado sus guías de calidad del aire, que eran del año 2005. Así, después de una revisión sistemática de la evidencia científica de los últimos quince años, el OMS ha reducido sustancialmente la concentración máxima recomendada para proteger la salud humana para 6 contaminantes. La evidencia científica actual indica claramente que los efectos negativos de la contaminación del aire sobre la salud se producen a niveles muy por debajo de lo que se pensaba hace quince años y por ello actualiza los niveles guía para la protección de la salud de las personas.
Tal como muestra la infografía, el nivel máximo anual recomendado pasa de 10 mg / m³ a 5 mg / m³ para las partículas pequeñas (PM2,5) y de 40 mg / m³ a 10 mg / m³ para el dióxido de nitrógeno (NO2). Estos dos contaminantes son los que más preocupan desde el punto de vista de la salud pública, ya que tienen un impacto muy negativo sobre la salud (en mortalidad y morbilidad) y para que los niveles de PM2,5 y NO2 actualmente en Barcelona y otras ciudades del entorno están muy por encima de este máximo recomendado para proteger la salud de la población.
Aparte de establecer los niveles guía de los contaminantes atmosféricos (la concentración más baja por encima de la cual la evidencia científica indica que comienza el efecto perjudicial sobre la salud), la OMS también establece unos objetivos intermedios. Estos objetivos intermedios están diseñados para ayudar a las zonas con alta contaminación del aire a reducir progresivamente la contaminación. La consecución de estos pasos intermedios a más corto plazo tiene igualmente un importante beneficio para la salud, pero se mantiene como objetivo final alcanzar el nivel guía de protección de la salud.
Con esta actualización, la OMS pone sobre la mesa que la contaminación del aire es un reto muy importante para la salud pública actualmente y que reducir los niveles de contaminación del aire tendrá un gran beneficio para la salud de toda la ciudadanía.