La Semana Mundial de la Inmunización, que se celebra del 24 al 30 de abril, tiene como objetivo destacar la acción colectiva y promover el uso de vacunas para proteger a las personas de todas las edades y sus comunidades contra las enfermedades prevenibles por vacunación. Este año el lema escogido por la campaña es “Larga vida para todos”, y quiere transmitir que las vacunas hacen posible vivir una vida larga y saludable a millones de personas en todo el mundo y nos permiten protegernos y proteger a las demás personas.
Durante más de dos siglos, las vacunas han ayudado a mantener sanas a las personas, desde la primera vacuna desarrollada para proteger contra la viruela en 1796, hasta las más novedosas utilizadas para evitar muertes y casos graves de COVID-19. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente existen más de 20 enfermedades potencialmente mortales que se pueden prevenir con vacunas, lo que ayuda a las personas a disfrutar de una vida plena y saludable.
Así, los datos de la OMS apuntan a que la inmunización evita de 2 a 3 millones de muertes anualmente por enfermedades como el tétanos, la difteria, la tos ferina, la gripe y sarampión. Sin embargo, todavía existen desigualdades en el acceso a la vacunación y no todas las personas pueden disfrutar de sus beneficios. En 2020, 23 millones de niños en todo el planeta no tuvieron acceso a muchas de las vacunas que pueden salvarles la vida. Esta injusticia hace que los esfuerzos por seguir promoviendo y conseguir un acceso equitativo a las vacunas sean urgentes.
En estos más de dos años de pandemia de la COVID-19, las vacunas han sido esenciales, la alta cobertura vacunal en nuestro territorio ha permitido a la población alcanzar un alto nivel de protección frente al virus y minimizar los efectos de la pandemia. Desde la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) se ha realizado un seguimiento de las coberturas de vacunación contra la COVID-19 en la ciudad para poder identificar desigualdades que pudieran aparecer. Así fue como se han detectado diferencias de cobertura y se han podido poner en marcha diferentes intervenciones para combatirlas.
Estas intervenciones han sido: puntos de apoyo para pedir cita, jornadas de vacunación comunitaria sin cita previa, y acciones de comunicación coordinadas con el tejido comunitario (contacto con entidades, personas mediadoras, elaboración de mensajes en diferentes soportes e idiomas para garantizar la información, etc.). El objetivo de estas acciones ha sido poder garantizar y facilitar la vacuna para todas aquellas personas que tenían alguna barrera o dificultad para accederi.
En definitiva, las vacunas son una de las mejores herramientas de salud pública que tenemos hoy en día para defender la salud de las personas, de pequeñas a mayores, y poder garantizar que nuestras sociedades puedan gozar de una buena salud y larga vida.