La tos ferina es una enfermedad respiratoria infecciosa, causada por la bacteria Bordetella pertussis. Puede afectar a todas las personas y se transmite con facilidad. Es una enfermedad vacunable y tiene tratamiento. Tiene un patrón epidémico de subidas y bajadas periódicas cada 3-5 años. En este momento existe un aumento de casos tanto en España como en Cataluña. En concreto en Barcelona, este repunte está en niveles habituales de subida en época epidémica y casi todos los casos son leves. La mayoría son niños y adolescentes de entre 10 y 14 años.
La tos ferina se caracteriza por un comienzo similar a un resfriado con tos seca que dura más de una semana y evoluciona con ataques de tos intensa con ruido al respirar. Aunque puede afectar a personas de todas las edades, los más vulnerables son los bebés menores de un año y las embarazadas, que tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones.
Una vez que la persona se ha infectado, los primeros síntomas suelen aparecer al cabo de 7 o 10 días. En algunos casos, el inicio de síntomas puede alargarse hasta 20 días. Se transmite a través de los mocos, estornudos y tos de las personas enfermas. Los primeros días es cuando es más contagiosa y va disminuyendo despacio hasta dejar de serlo pasados 21 días del inicio de la tos, si no se ha iniciado tratamiento. Si la persona enferma realiza tratamiento antibiótico, la tos ferina deja de ser contagiosa una vez terminado el tratamiento, que suele durar unos 5 días.
La vacuna es la medida más importante para evitar las complicaciones graves, especialmente en los bebés. En Catalunya se vacuna de la tos ferina a los 2, 4 y 11 meses, y a los 6 años de edad. Para proteger a los lactantes más pequeños, es muy importante reforzar la vacunación de las mujeres embarazadas entre la semana 27 y 32 de gestación, esta medida ha reducido significativamente los casos graves. Sin embargo, hay que recordar que a pesar de la protección de la vacuna, todas las personas pueden sufrirla, a pesar de haber sido vacunadas o haberla pasado anteriormente.
Así pues, ante la sospecha de tos ferina, hay que consultar con el médico, que la diagnosticará y prescribirá su tratamiento. Al tratarse de una Enfermedad de Declaración Obligatoria, será necesario que lo notifique a la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) que se encarga de la vigilancia y control de casos y brotes en la ciudad indicando las medidas de prevención adecuadas en cada caso, entre ellas, el tratamiento post-exposición a los contactos más cercanos, cuando es necesario, o completar la pauta de vacunación, según calendario vacunal.
Para más información sobre la enfermedad y su evolución puede visitar la web Enfermedades Transmisibles de la A a la Z del Servicio de Epidemiología de la ASPB.