El Día Internacional de las Mujeres es un símbolo de la reivindicación histórica de las mujeres por la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres y en contra de la discriminación y el sexismo. Ésta es una lucha aún vigente a la que la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) se añade.
Las mujeres sufren diversas desigualdades en el sistema actual. Además, en muchas ocasiones estas situaciones están atravesadas a la vez por otros factores de discriminación, como la clase social, el origen, la edad o la orientación sexual, y repercuten en la salud.
En este sentido, la perspectiva de género en la monitorización de la salud y de sus determinantes, así como dar visibilidad a estas desigualdades es clave para el desarrollo de estrategias y políticas públicas que ayuden a reducirlas y avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa.
Según datos del informe La Salud en Barcelona 2021, más de la mitad de la población de Barcelona son mujeres. Ellas viven más años, pero tienen peor salud percibida y peor salud mental que los hombres en la ciudad y estas diferencias de género se inician ya en la adolescencia.
En el mercado laboral también se observan desigualdades. La tasa de paro masculina está por encima de la femenina y su reducción en 2021 fue mayor entre los hombres que en las mujeres. Por otra parte, las jornadas parciales en ellas duplican a las de los hombres. A la vez, la pobreza material afecta más a las mujeres que a los hombres.
En cuanto a los jóvenes, en 2021 destaca la subida respecto a 2016 de la discriminación de género, segunda causa de discriminación en las chicas. En concreto, según la encuesta de Factores de Riesgo en Estudiantes de Secundaria (FRESC) de 2021, 4 de cada 10 chicas encuestadas se han sentido discriminadas por ser mujeres mientras que en el caso de los chicos esta situación se da en 1 de cada 10.
La reducción de las desigualdades de género en la salud requiere incorporar la perspectiva de género en el sistema sanitario y de salud pública, pero sobre todo actuar sobre las desigualdades de género en otros ámbitos como la educación, el mercado de trabajo o las políticas de familia.