Las mujeres sufren diversas desigualdades en el sistema actual. Además, muchas veces estas situaciones están relacionadas a su vez por otros sesgos de discriminación, como la clase social, el origen, la edad o la orientación sexual, y repercuten en la salud. Por eso, la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) se añade a las reivindicaciones del Día Internacional de las Mujeres.
La pandemia de la COVID-19 y la crisis social y económica derivada de la misma no ha tenido el mismo impacto en las mujeres que en los hombres. Por un lado, se han incrementado la pobreza y la precariedad, realidades que las mujeres sufren con mayor dureza y frecuencia. Y por otra, se ha puesto de relieve y se ha agudizado la crisis de cuidados que ya sufría nuestra sociedad.
El informe de los indicadores de salud y trabajo de 2020 de la ASPB indica que la pandemia ha tenido un impacto muy relevante en el ámbito de trabajo en las mujeres en Barcelona, tanto en la incidencia de la COVID-19 como en la carga de trabajo remunerado y no remunerado.
En cuanto a la infección, cerca del 60% de los casos registrados por la ASPB en 2020 entre personas que realizaban trabajo presencial han sido mujeres, y los brotes notificados han afectado a actividades económicas muy feminizadas, destacando las actividades sanitarias y de servicios sociales que concentran el 75% de los brotes con afectación laboral.
Por otro lado, los resultados sugieren que las mujeres son las que más han aumentado las horas de trabajo remunerado durante el confinamiento, y las que más han incrementado el volumen de los trabajos del hogar, así como de los trabajos de cuidado en el caso de las mujeres que no trabajaban.
En este contexto, es más necesario que nunca hacer políticas que ayuden a avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria, el 8 de marzo y todos los días del año.