La pediculosis es la infestación por unos parásitos, Pediculus capitis, también conocidos como piojos, que miden unos 2mm, son de color gris y viven entre los cabellos de las personas que se alimentan de su sangre.
Los huevos, o liendres, son blancos y aún más pequeños, casi como una escama de caspa y permanecen más de dos semanas. Son más fáciles de detectar en la línea del cuello y detrás de las orejas.
El síntoma principal es el picor del cuero cabelludo por la irritación que la saliva del insecto causa a la picadura. La irritación puede ser tan intensa que, al rascarse, se pueden producir rasguños en la piel e infecciones bacterianas. Sin embargo, los piojos de la cabeza nunca llevan ni diseminan enfermedades.
Para detectar los piojos de la cabeza, es necesario observar el pelo con detenimiento, si es posible con una lupa, y efectuar la exploración con buena iluminación.
Se debe apartar el pelo hacia abajo, en secciones muy pequeñas hasta el cuero cabelludo, buscando tanto los piojos que se mueven como los huevos. Se recomienda revisarlos unas dos veces por semana, preferentemente detrás de las orejas y en la nuca.
A veces las liendres se confunden con la caspa y las escamas seborreicas, pero ambas formaciones no están adheridas en el pelo y se quitan fácilmente. Además, la caspa no tiene el brillo nacarado de las liendres.
El tratamiento se basa en aplicar un preparado insecticida, mejor lociones o cremas que no champús. Los que contienen permetrina al 1% generalmente funcionan bien y se pueden comprar sin necesidad de receta médica. Es muy importante seguir las instrucciones que acompañan a estos preparados, ya que la aplicación se deberá repetir siguiendo la pauta que se indique. Para eliminar las liendres se puede enjuagar el pelo con una mezcla de agua y vinagre, y luego pasar un peine con las púas muy finas o con los dedos.
Es importante que, en las escuelas, todos los alumnos parasitados sean tratados a la vez. Los no parasitados no se deben tratar. Los familiares afectados se tratarán también a la vez. De otra forma, podrían contagiar a los niños sanos y, de este modo, diseminar los piojos en la escuela.
Es recomendable que los alumnos afectados no asistan a la escuela hasta que no hayan terminado el tratamiento y hayan eliminado todas las liendres. Durante la semana posterior al inicio del tratamiento, se debe revisar el pelo a diario y sacar las liendres no detectadas anteriormente. En caso contrario, el tratamiento no será efectivo.
Los piojos son muy contagiosos y se reproducen rápidamente: cada hembra pone entre cien y trescientos huevos que están fuertemente adheridos a la base del cabello. El huevo se incuba entre siete y diez días y luego se desarrolla la larva.
El contacto cercano o el uso compartido de efectos personales, tales como sombreros o cepillos para el pelo, implica un riesgo de parasitosis. Los niños de edad escolar y sus familias adquieren piojos con más frecuencia, sin que ello indique una falta de higiene personal. Afectan personas de cualquier edad y de todas las clases sociales.
La pediculosis se puede prevenir con el cepillado y peinado cuidadosos del pelo, dos o tres veces al día, con peines y cepillos propios y que estén bien limpios.
Como medida higiénica general, deberá lavar la cabeza con agua y jabón dos o tres veces por semana, como mínimo. El uso preventivo de productos insecticidas no se recomienda en personas no parasitadas.
No se deben compartir objetos relacionados con el pelo como gorras o peines.
Si alguna persona descubre que tiene piojos, es necesario que lo comunique a su entorno para que comprueben si también tienen.
Para más información puede dirigirse a:
El Equipo de Salud Comunitaria asignado a su barrio que se ocupa de los aspectos de salud en la escuela.
También puede conectar con la sede central del
Servicio de Salud Comunitaria de la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB)
Tel 93202773 – E-mail: prevencio.escola@aspb.cat