La Salud en Barcelona 2022, elaborado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), presenta, como cada año, un análisis del estado de salud y sus determinantes, con especial atención a las desigualdades sociales en salud. Se trata de una herramienta esencial para la monitorización y priorización de políticas para mejorar la salud de la ciudadanía. Este año, siempre que ha sido posible, ofrece una mirada a las desigualdades entre distritos y barrios de la ciudad.
La Salud en Barcelona 2022 pone de manifiesto que, tras la gran crisis de salud pública de la COVID-19 y la gran magnitud de sus impactos en todas las esferas de la vida y la sociedad, existe una tendencia hacia la mejora progresiva , acercándose a los valores previos a la pandemia. El informe destaca la paulatina mejora de indicadores económicos y de salud, como la bajada del paro o el aumento de la esperanza de vida. Sin embargo, evidencia la necesidad de seguir trabajando en la reducción de las desigualdades en salud según género, lugar de residencia y país de origen.
La Salud en Barcelona 2021, elaborado por la Agència de Salut Pública (ASPB) de Barcelona, presenta, como cada año, un análisis del estado de salud y sus determinantes, con especial atención a las desigualdades sociales en salud. Se trata de una herramienta esencial para la monitorización y priorización de políticas para mejorar la salud de la ciudadanía. Este año el documento, que incorpora información de diversas fuentes, incluye los resultados de las nuevas ediciones de la Encuesta de Salud de Barcelona y la Encuesta Factores de riesgo en la Escuela Secundaria. Ambas, realizadas en 2021, aportan información muy valiosa del estado de salud en población adulta y joven, en un año marcado por el proceso de recuperación de la normalidad y la actividad cotidiana previa a la pandemia.
La Salud en Barcelona 2021 pone de manifiesto que han aumentado los problemas de salud mental tanto en adultos como en adolescentes a raíz de la pandemia de COVID-19, sobre todo entre jóvenes y mujeres. Por otra parte, muestra que el descenso de los nuevos diagnósticos de enfermedades crónicas, nuevos cánceres y nuevos casos de ansiedad y depresión en la ciudad que supuso la pandemia en 2020, se recupera parcialmente en 2021. En relación con los comportamientos relacionados con la salud, el informe señala que desde el punto de vista de la salud pública es prioritario actuar conjuntamente por una dieta saludable a la vez que sostenible, y que el margen de mejora es amplio y serán necesarias acciones para abordarlo. Asimismo, también apunta la necesidad de abordar el cambio climático, como uno de los principales retos y que habrá que emprender medidas para garantizar y mejorar la salud de la población.
Desde principios de 2020 la salud de la población ha sufrido el impacto de la pandemia de la COVID-19. El informe La salud en Barcelona 2020 realizado por la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) describe su efecto en la ciudad. El análisis de la ASPB, más allá de la información específica sobre la incidencia de la enfermedad, ofrece datos relevantes sobre la salud de la población residente en Barcelona, los principales determinantes y las desigualdades sociales en la salud, teniendo en cuenta cómo ha impactado la COVID-19. Además, para ofrecer una visión más completa de la afectación de la pandemia, el informe incorpora también algunos datos de 2021, como los primeros resultados de las nuevas ediciones de la Encuesta de Salud de Barcelona (ESB) y la Encuesta Factores de riesgo en la Escuela Secundaria (FRESC).
Por otro lado, La salut en Barcelona 2020 pone de manifiesto que la COVID-19 ha supuesto un reto para la ciudad y para los servicios de salud pública que han tenido que adaptar sus funciones a muchos diferentes niveles. Este informe muestra, como ejemplo, algunas acciones realizadas desde la ASPB para dar respuesta a los retos diversos que la pandemia ha supuesto para la prevención, la promoción y la protección de la salud. En este sentido, destaca que el abordaje de la pandemia ha tenido especiales implicaciones entre entornos específicos: las residencias de personas mayores, las escuelas y el ámbito laboral. Finalmente, la comunicación fue crucial para entender los riesgos de la COVID-19 para la salud. Por ejemplo, se desarrollaron nuevas herramientas y canales para la vigilancia, la monitorización de las desigualdades en salud y la planificación de las acciones en la ciudad. Por otro lado, también apunta los principales retos de futuro que la pandemia plantea sobre la ciudad y que habrá que abordar para garantizar y mejorar la salud de la población.
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