¿Cómo trabajamos?
Las diferentes líneas de trabajo que se despliegan en el Programa de vigilancia y control de mosquitos de Barcelona son: la vigilancia continuada de los posibles focos de proliferación de mosquitos, la atención de las incidencias comunicadas por las personas que viven en la ciudad, la incorporación de la ciencia ciudadana para la mejora de la gestión en colaboración con la plataforma MoquitoAlert, la vigilancia y control de los casos de arbovirosis transmitidas por mosquitos para reducir el riesgo de transmisión y, la divulgación y sensibilización ciudadana.
Inspecciones entomológicas y seguimiento continuado
El componente común de actuación en todas las líneas de trabajo es la inspección entomológica, que permite determinar el posible foco de proliferación, y así aplicar las medidas preventivas, correctoras o de control necesarias, realizando un seguimiento continuado hasta la resolución de la problemática . La metodología utilizada está fundamentada en el control integrado. Este concepto se basa en el uso de métodos respetuosos con las personas y el medio ambiente.
El conocimiento del territorio es una pieza clave en todo el proceso, especialmente en lo que se refiere a los posibles focos de proliferación de mosquitos que se pueden encontrar en la vía pública. Por ello, el programa incorpora la utilización de un sistema de información geográfica (QGIS) que permite realizar un tratamiento espacial de los datos, ayudando a planificación ya la toma de decisión. Por otra parte, el impulso en la investigación es una herramienta para implementar mejoras tecnológicas, así como desarrollar proyectos vinculados a la vigilancia y control de los vectores, e implementar medidas de adaptación contra los efectos del cambio climático.
Colaboración y coordinación con otros agentes municipales en el territorio
Las hembras de los mosquitos aprovechan pequeños bazales de agua estancada para poner los huevos y reproducirse. Así, en la ciudad de Barcelona los puntos de riesgo para su proliferación en la vía pública se corresponden básicamente con sumideros sifónico y arenosos que pueden acumular agua de forma estable, así como las fuentes ornamentales o naturalizadas que en determinadas ocasiones pueden convertirse en foco de cría de mosquitos. El volumen de estos elementos es importante (más de 12.000 en la ciudad) y requiere una atención continua.
Por este motivo, se trabaja en estrecha colaboración y coordinación con el gestor de estas infraestructuras, Barcelona Ciclo del Agua (BCASA), para minimizar los posibles problemas derivados de la proliferación de mosquitos. Esta colaboración con BCASA, así como con otros agentes implicados (Parques y Jardines, Servicio de limpieza de Barcelona, Distrito…), incrementa de manera importante el conocimiento de los mosquitos y de sus focos de cría y la posibilidad de establecer mejoras para su gestión, minimizando así los impactos sobre la salud que pueden ocasionar en la ciudad.
Actividad de mosquitos
El año 2023 se han registrado 1139 intervenciones de vigilancia y control de mosquitos en la ciudad. Los barrios donde se han hecho más intervenciones han sido el Pueblo Seco, San Pedro, Santa Caterina y la Ribera, y el Poblenou.
Fruto de estas intervenciones se efectuaron 40.633 revisiones a puntos de vigilancia y control (imbornales arenosos y *sifònics y fuentes ornamentales y naturalizadas). Se detectó actividad en 248 de estos puntos y se efectuaron 24.969 actuaciones larvicidas para controlar su proliferación.
Los meses de mayo y octubre fueron el que concentró más actividad en los puntos de vigilancia y control, y los barrios del Pueblo Seco, San Pedro, Santa Caterina y la Ribera y el Poblenou son los más afectados territorialmente, y representan el 35% del total.
Puntos de vigilancia y control con actividad de mosquitos por distrito. Barcelona 2023
Hay que tener en cuenta que la mayoría de focos de cría de mosquitos en la ciudad se encuentran principalmente en las propiedades privadas (jardines, terrazas, patios, etc.). En este sentido, la implicación de la ciudadanía también es clave. Una hembra puede poner hasta 200 huevos en pequeños recipientes en una semana, por tanto, es necesario vigilarlos, retirarlos, vaciarlos o ponerlos boca abajo. Revisionar cada 5 o 7 días de las zonas exteriores para no acumular agua es la medida más sencilla y eficaz que se puede aplicar en casa para evitar que el mosquito tigre se reproduzca.
Temporalidad e influencia del clima en la actividad de mosquitos
Un aspecto importante en los mosquitos es su dependencia de la temperatura y precipitación, que condiciona su ciclo biológico y su actividad, un efecto que se agudiza por los efectos del cambio climático. La extrema sequía registrada en los últimos años en la ciudad ha reducido considerablemente los focos de cría a la vía pública. El 2023 se caracterizó para ser el año con un menor registro pluviométrico en Barcelona desde que hay datos en la ciudad, hecho que redujo la actividad de mosquitos a la vía pública un 45% respecto del 2022. Mayo y octubre fueron los meses en que se detectó una actividad más elevada en la ciudad coincidiendo con episodios de lluvia.
Esta bajada de actividad generalizada ha tenido un efecto en el ámbito territorial, puesto que el 2022 encontrábamos un 69% de barrios con actividad y el 2023 se ha reducido a un 53%
Evolución acumulada de la actividad en elementos de riesgo. Barcelona 2023
Vigilancia
Unos de los ejes principales del Programa es la prevención y se fundamenta en la vigilancia que se realiza durante el periodo de actividad de los mosquitos (abril-noviembre). Se centraliza principalmente en áreas que por sus características pueden acontecer focos de mosquitos o pueden representar una problemática relacionada con ellos, la selección de las mismas sigue tres criterios definidos:
- Biológico: espacios donde se ha detectado actividad de forma reiterada el año anterior.
- Epidemiológico: equipamientos que reciben personas enfermas de dengue, chikungunya o zika (hospitales, clínicas, centros de atención al viajero, etc.).
- Desigualdad: áreas en las que viven personas vulnerables.
Así el 2023 se seleccionaron y hacer un seguimiento continuado durante la temporada en 100 zonas de riesgo, con más de 245 hectáreas distribuidas en los 10 distritos de la ciudad. Esta vigilancia ha representado un 68% de la carga de trabajo de todo el Programa poniendo en el valor la importancia en la prevención.
La actividad detectada durante la vigilancia, junto a la que tiene su origen en las diferentes líneas de trabajo (incidencias ciudadanas, comunicaciones en la App MosquitoAlert y casos de arbovirus), permite identificar una parte importante de las zonas donde previsiblemente el año siguiente, debido a la biología del vector (realiza una diapausia invernal), habrá actividad de mosquitos. Este hecho junto con la selección de áreas con un riesgo epidemiológico, o zonas con desigualdades más marcadas permite combinar e integrar la información con el objetivo de elaborar un mapa de riesgo de proliferación de mosquitos y realizar así una prevención efectiva desde una mirada de salud pública y bienestar.
Uno de los indicadores que se utilizan para evaluar la idoneidad en la selección de las zonas de riesgo es precisamente la actividad detectada en la vigilancia. En 2023, el 70% de la actividad detectada en los puntos de vigilancia y control ha estado en el interior de las zonas seleccionadas, lo que pone de manifiesto la idoneidad en la selección de espacios para reducir la exposición a los mosquitos.
Actividad detectada en el interior de las zonas de riesgo en 2023
Incidencias ciudadanas
El 2023, la ASPB recibió y atendió 143 incidencias comunicadas por la ciudadanía a través de los diferentes canales del Ayuntamiento de Barcelona. La actividad detectada a raíz de las inspecciones efectuadas se situó alrededor del 11%. Esta baja actividad se fundamenta por un lado en la baja pluviometría del 2023 y en las medidas contra la sequía (vaciado de fuentes), lo cual representó tener buena parte de los focos de cría de la vía publica secos, sin agua. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que los focos de cría se encuentran mayoritariamente en los espacios exteriores de las propiedades privadas (patios, terrazas, jardines…), cosa que dificulta el control y pose de manifiesto la importancia de la colaboración publico-privada.
En el análisis de la evolución temporal de las incidencias ciudadanas se observa un aumento a principios de primavera coincidiendo con las lluvias de mayo y finales de otoño, pero sin grandes oscilaciones debido a la falta de pluviometría . Los meses de mayo y septiembre fueron donde más incidencias se comunicaron.
Cabe destacar que aunque la climatología de este año ha condicionado, en parte, la actividad de los mosquitos en la ciudad, desde el programa de vigilancia y control de la ASPB, se intensifican los seguimientos durante la primavera y el verano por reducir la actividad de los vectores; y mejorar el bienestar de la ciudadanía.
Control de arbovirosis transmitidas por mosquitos
La vigilancia y control de arbovirosis transmitidas por mosquitos se activó el día 6 de junio, a raíz de la detección del inicio de actividad del mosquito tigre (Aedes albopictus) y finalizó el día 22 de noviembre de 2023 siguiendo la misma tendencia del 2022. En este periodo se recibieron al Servicio de Vigilancia y Control de Plagas Urbanas 103 casos sospechosos de arbovirosis importadas que se correspondían con personas que residieron en la ciudad de Barcelona durante el periodo virémico de la enfermedad, y que dieron lugar a iniciar actividades de control epidemiológico y entomológico en la ciudad. Se llevaron a cabo 253 intervenciones de vigilancia y control de mosquitos, principalmente a la vía pública y en los domicilios de las personas enfermas. Los meses de agosto y de septiembre agrupan el 50% de los casos notificados coincidiendo con la llegada de viajeros durante la época de verano.
Inspecciones de vigilancia y control por casos de arbovirosis (dengue, Zika i chikungunya) en Barcelona
Protocolo de vigilancia y control de arbovirosis transmitidas por mosquitos de la Generalitat de Catalunya
Desigualdades sociales en salud y mosquitos
Un aspecto que se ha incorporado en los últimos años a la vigilancia y control de plagas urbanas que lleva a cabo la ASPB es realizar una gestión de los mosquitos con una mirada hacia las desigualdades sociales en salud.
Los mosquitos pueden representar un grave problema por los efectos negativos que pueden ocasionar hacia la salud de las personas, no sólo por las molestas picaduras, sino por la posibilidad de transmisión de enfermedades, un problema emergente que se intensifica por la globalización y el cambio climático . Por tanto, es importante poner especial énfasis en la prevención en aquellas zonas más vulnerables donde el impacto negativo de los mosquitos puede suponer una mayor dificultad.
Así, el 2023 se ha mostrado cómo se distribuye la actividad de mosquitos en los diferentes puntos de vigilancia y control en la ciudad según la renta familiar disponible, un determinante clave para la salud de las personas. Los resultados indican que el 60% de la actividad se distribuye en áreas de rentas bajas. Este dato es relevante dado que la disponibilidad de recursos económicos puede condicionar la realización de mejoras en las viviendas, la accesibilidad a repelentes o la colocación de mosquiteras, hecho que puede generar dificultades para reducir la presencia de mosquitos y evitar su impacto negativo en la salud de las personas.
Es por ello que una de las medidas del programa de vigilancia y control de mosquitos es disponer de una cobertura adecuada para la vigilancia y prevención de mosquitos que se lleva a cabo en la ciudad, siendo actualmente un 63% del programa en el período abril-noviembre.
Distribución de las zonas de riesgo según la renta familiar disponible en 2023