Como trabajamos?
Las diferentes líneas de trabajo que se desarrollan en el Programa de vigilancia y control de mosquitos de Barcelona son la vigilancia continuada de los posibles focos de proliferación, la atención de las incidencias comunicadas por las personas que viven en la ciudad, la incorporación de la ciencia ciudadana para la mejora de la gestión en colaboración con la plataforma MoquitoAlert, la vigilancia y control de los casos de arbovirosi transmitidas por mosquitos para reducir el riesgo de transmisión y, la divulgación y sensibilización ciudadana.
Inspecciones entomológicas y seguimiento continuado
El componente común de actuación en todas las líneas de trabajo es la inspección entomológica, que permite determinar el posible foco de proliferación, y así aplicar las medidas preventivas, correctoras o de control necesarias, haciendo un seguimiento continuado hasta la resolución de la problemática . La metodología que se utiliza está fundamentada en el control integrado. Este concepto se basa en el uso de métodos respetuosos con las personas y el medio ambiente.
El conocimiento del territorio es una pieza clave en todo el proceso, especialmente en cuanto a los posibles focos de proliferación de mosquitos que se pueden encontrar en la vía pública. Por ello, el programa incorpora la utilización de un sistema de información geográfica (QGIS) que permite hacer un tratamiento espacial de los datos, ayudando a planificación y la toma de decisión. Por otra parte el impulso en la investigación es una herramienta para implementar mejoras tecnológicas, así como para desarrollar proyectos vinculados a la vigilancia y control de los vectores, y aplicar medidas de adaptación contra los efectos del cambio climático.
Colaboración y coordinación con otros agentes municipales en el territorio
Las hembras de los mosquitos aprovechan acumulaciones o charcos de agua estancada para poner los huevos y reproducirse. Así, en la ciudad de Barcelona los puntos de riesgo para su proliferación en la vía pública se corresponden básicamente con sumideros sifónicos y arenosos que pueden acumular agua de una manera estable, así como las fuentes ornamentales naturalizadas que en determinadas ocasiones pueden convertirse focos de cría de mosquitos. El volumen de estos elementos es importante y requiere una atención continuada.
Por este motivo se trabaja en estrecha colaboración y coordinación con el gestor de estas infraestructuras, Barcelona Ciclo del Agua (BCASA), para minimizar los posibles problemas derivados de la proliferación de mosquitos. Esta colaboración con BCASA, así como con otros agentes implicados (Parques y Jardines, Servicio de limpieza de Barcelona …), incrementa de manera importante el conocimiento de los mosquitos y de sus focos de cría y la posibilidad de establecer mejoras para a su gestión, minimizando así los impactos sobre la salud que pueden ocasionar en la ciudad.
Actividad de mosquitos
El Servicio de Vigilancia y Control de Plagas Urbanas de la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) identifica cada año los focos de actividad de mosquitos en la vía pública en base a la recogida sistemática de datos procedentes de las diferentes fuentes de información del programa (inspecciones entomológicas y seguimientos de incidencias, inspecciones entomológicas y seguimientos de comunicaciones de MosquitoAlert, inspecciones entomológicas los casos de arbovirosi, inspecciones y seguimientos de las zonas de riesgo y revisión de trampas de captura ubicadas en la ciudad, entre otros ), lo que permite elaborar un mapa de actividad de los mosquitos en la ciudad.
Actividad detectada en los elementos de riesgo en Barcelona
En 2020 se efectuaron 45.046 revisiones a elementos de riesgo (sumideros, fuentes …), fruto de todas las tareas de inspección derivadas de las diferentes líneas de trabajo. Se detectó actividad en 820 de estos elementos y se efectuaron 4.242 actuaciones larvicidas para controlar su proliferación. Los barrios de Poble Sec, Sarrià y el Putxet y el Farró son los que concentraron más actividad.
Elements de risc amb activitat de mosquits. Barcelona 2020
Cabe destacar que la mayoría de focos de cría de mosquitos en la ciudad se encuentran principalmente en las propiedades privadas (jardines, terrazas, patios, etc.). En este sentido, la implicación de la ciudadanía también es clave. Especialmente en el caso del mosquito tigre que aprovecha pequeños charcos de agua para reproducirse. Una hembra puede poner en una semana hasta 200 huevos en pequeños recipientes como jarrones, cubos, macetas o juguetes, por lo tanto, es necesario vigilarlos, retirarlos, vaciarlos o ponerlos boca abajo. Hacer revisión cada 5 o 7 días de las zonas exteriores para no acumular agua es la medida más sencilla y eficaz que se puede aplicar en casa para evitar que el mosquito tigre se reproduzca.
Temporalidad e influencia del clima en la actividad de mosquitos 2020
Un aspecto importante en los mosquitos es su dependencia de la temperatura y precipitación, que condiciona su ciclo biológico y su actividad, un efecto que se agudiza por los efectos del cambio climático..
En 2020 se caracterizó por ser la cuarta primavera más calurosa de España desde 1965 y la quinta más lluviosa del siglo XXI. Este escenario creó las condiciones idóneas para la activación y reproducción de las poblaciones de mosquitos, avanzando su actividad en el mes de abril, tres semanas antes de lo que ha sido habitual en los últimos años.
Según los datos de 2020, los meses con una actividad más elevada fueron mayo y julio, en septiembre comenzó a disminuir significativamente la actividad hasta octubre-noviembre.
Evolució mensual de l’activitat en elements de risc. Barcelona 2020
Evolució acumulada de l’activitat en elements de risc. Barcelona 2020
Vigilancia y control de mosquitos
Unos de los ejes principales del Programa es la prevención y se fundamenta en la vigilancia que se realiza durante el periodo de actividad de los mosquitos (abril-noviembre). Esta vigilancia representa un 60% de la carga de trabajo de todo el Programa y se centraliza en áreas que por sus características pueden convertirse en focos de mosquitos o pueden representar una problemática relacionada con ellos, la selección de las mismas sigue tres criterios definidos:
- Biológico: espacios en los que se ha detectado actividad de manera reiterada el año anterior.
- Epidemiológico: equipamientos que reciben personas enfermas de dengue, chikungunya o Zika (hospitales, centros de atención al viajero, etc.).
- Desigualdad: áreas donde viven personas vulnerables.
En 2020 se seleccionaron y se hizo seguimiento continuado a 66 zonas de riesgo.
Zones de risc. Barcelona 2020
La actividad detectada durante la vigilancia junto con la que tiene su origen en las diferentes líneas de trabajo (incidencias ciudadanas, comunicaciones app MosquitoAlert y casos de arbovirus), permite identificar las zonas donde previsiblemente el año siguiente, debido a la biología del vector, habrá actividad de mosquitos, esto permite elaborar un nuevo mapa de riesgo con el objetivo de hacer una prevención efectiva.
Uno de los indicadores que se utilizan para evaluar la idoneidad en la selección de las zonas de riesgo es precisamente la actividad detectada durante la vigilancia. En 2020, el 70% de la actividad detectada en los elementos de riesgo ha estado en el interior de las zonas seleccionadas.
Incidencias ciudadanas
En 2020, la ASPB recibió y atendió 219 incidencias comunicadas por la ciudadanía a través de los diferentes canales del Ayuntamiento de Barcelona. La actividad detectada a raíz de las inspecciones realizadas se situó en torno al 20%. Esta baja actividad se fundamenta en el hecho de que los focos de cría se encuentran mayoritariamente en las propiedades privadas, aspecto que dificulta el control y pone de manifiesto la importancia de la colaboración públicoprivada.
Incidències comunicades pels ciutadans i activitat detectada. Barcelona 2020
En el análisis de la evolución temporal de las incidencias ciudadanas observa un aumento destacable en abril, coincidiendo con los episodios de lluvias de final del mes. Destaca el mes de mayo, donde se produjo el pico de comunicaciones con 52 incidencias recibidas.
Para reducir esta tendencia al alza, desde la ASPB se aumentó la frecuencia de las visitas de seguimiento que se efectúan a raíz de una incidencia ciudadana o de la vigilancia de una zona de riesgo, pasando a ser quincenales en lugar de mensuales. El objetivo de este refuerzo era adelantarse a la problemática y reducir el impacto de los mosquitos sobre la normal convivencia ciudadana. Esta acción redujo sustancialmente las incidencias del mes de junio, y las suavizó el resto de meses.
Incidències comunicades per la ciutadania. Barcelona 2019 i 2020
Comunicaciones App MosquitoAlert
En 2020 se gestionaron 128 comunicaciones enviadas por los ciudadanos en la plataforma de ciencia ciudadana MosquitoAlert y se detectó actividad en un 13,7%. Hay que tener en cuenta que muchas de las comunicaciones hacen referencia al ámbito privado lo que dificulta la actuación de la administración. Sin embargo, la ciencia ciudadana es una manera de sensibilizar y concienciar a la ciudadanía de las medidas de prevención y control a adoptar para evitar la proliferación de mosquitos.
Control de arbovirosis transmitidas por mosquitos
En cuanto a la vigilancia y control de las arbovirosis transmitidas por mosquitos, hay que decir que la excepcional situación ocasionada por la pandemia del COVID-19 condicionó que apenas se produjeran viajes en nuestro territorio durante el 2020 y, por tanto, no llegaran personas enfermas con dengue, Zika o chikungunya. Así pues, aunque se activó el Protocolo de vigilancia y control de arbovirosis transmitidas por mosquitos de la Generalitat de Catalunya, únicamente llegó un caso de dengue en la ciudad, el cual se atendió el fin de reducir el riesgo de transmisión sin ninguna incidencia a destacar.
Desigualdades sociales en salud y mosquitos
Un aspecto que se ha incorporado en los últimos años en la vigilancia y control de plagas urbanas que realiza la ASPB es hacer una gestión de los mosquitos con una mirada hacia las desigualdades sociales en salud.
Los mosquitos pueden representar un grave problema por los efectos negativos que pueden ocasionar para con la salud de las personas, no sólo por las molestas picaduras, sino por la posibilidad de transmisión de algunas especies de de enfermedades importadas, un problema emergente que se intensifica por la globalización y el cambio climático. Por lo tanto, es importante poner especial énfasis en la prevención en aquellas zonas más vulnerables donde el impacto negativo de los mosquitos puede suponer una mayor dificultad.
Así, en 2020 se ha mostrado cómo se distribuye la actividad de mosquitos en los diferentes elementos de riesgo en la ciudad según la renta familiar disponible, un determinante clave para la salud de las personas. Los resultados indican que el 55% de la actividad se distribuye en áreas de bajos ingresos. Este dato es relevante dado que la disponibilidad de recursos económicos puede condicionar la realización de mejoras en las viviendas, la accesibilidad a repelentes o la colocación de mosquiteras, lo que puede generar dificultades para reducir la presencia de mosquitos y evitar el su impacto negativo en la salud de las personas.
Igualmente, teniendo en cuenta las desigualdades sociales en salud, se ha hecho un intenso trabajo de colaboración con BCASA, caracterizando la tipología de más de 12.000 elementos de riesgo (identificando si acumulan o no agua) en áreas de bajos ingresos de la ciudad donde se desconocía esta información, con el objetivo de planificar acciones en las áreas más vulnerables según el riesgo de los elementos de proliferación de mosquitos.
La información obtenida en este análisis se ha utilizado para mejorar la cobertura de la vigilancia y control en las áreas de rentas bajas, aumentando el número de zonas de riesgo de 36 en 2020 a 53 en 2021.
Nombre de zones de risc segons la renda familiar disponible 2019 i2020