La exposición al ozono afecta al sistema respiratorio. Respirar un aire con elevados niveles de ozono puede provocar irritación del cuello y los ojos, tos y sensación de garganta seca y puede empeorar los síntomas respiratorios de personas con asma u otras enfermedades respiratorias crónicas. Por eso, los días con alta concentración de ozono pueden provocar un aumento de la mortalidad diaria. La exposición crónica a niveles altos de ozono aumenta el riesgo de desarrollar asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica y de disminuir la función pulmonar..
La población especialmente sensible a efectos del ozono incluye a las personas con enfermedades respiratorias o del corazón, a las personas mayores, a los niños en edad preescolar ya las mujeres embarazadas.
Desde el punto de vista de la salud, la Directiva 50/2008/CE establece por exposiciones a corto plazo dos umbrales de aviso para el ozono:
- El umbral de información (LlI), cuando se superan los 180 µg/m3 de media horaria
- El umbral de alerta (LA), cuando se superan los 240 µg/m3 de media horaria