Debemos entender la salud sexual como un estado de bienestar físico, emocional, mental y social, y no meramente como la ausencia de una enfermedad o disfunción, relacionado con la sexualidad. La salud sexual requiere una aproximación positiva y respetuosa a la sexualidad y a las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de presión, discriminación y violencia.