Las personas tenemos características individuales que nos pueden hacer vulnerables a las adicciones. Además, no vivimos aisladas, sino que formamos parte de una familia, vivimos en un barrio y nos relacionamos en entornos como el laboral. Las condiciones de dichos entornos pueden favorecer o no las adicciones. Por ello, en la prevención de las adicciones son importantes estrategias tanto a título individual como también en los entornos. Incidir en el entorno también puede crear cambios en las actitudes individuales y en las normas de las comunidades, y a largo plazo tener un impacto potencial superior.