Las condiciones de trabajo influyen directamente en el bienestar físico, mental, económico y social de las personas, así como el de sus familias y de la comunidad. Es importante un abordaje amplio que no se limite solo a los riesgos laborales tradicionales, sino que contemple el trabajo remunerado como uno de los principales determinantes sociales de la salud e incorpore el trabajo doméstico y familiar en su ámbito de actuación.