El entorno físico, social y económico de los barrios influye en la salud y el bienestar de las personas. Es necesaria la implicación de todos los agentes sociales y económicos del barrio para mejorar lo que realmente importa a la gente, que está relacionado con la salud y el bienestar y que es muy diverso –desde el fracaso escolar hasta las condiciones de la vivienda o la soledad de las personas mayores–, por lo que las intervenciones deben ser necesariamente intersectoriales.